La chispa primordial; luna llena en Ashwini, Aries, 17 de octubre de 2024

Arte por J. W. Spoor, 1874, en su  Electro astronomical atlas with explanatory notes, questions and answers.

Se nota en el ambiente, las prisas, las ganas de avanzar, el “progreso” constante, la ambición desmesurada… Parece que no tenemos ni un segundo para parar. Siempre ocupados. Siempre llegando tarde a algún lugar. ¿Hacia dónde vamos realmente con tanta prisa? 

Estamos inmersos en unos tiempos astrológicos muy potentes que nos han estado llevando por una espiral de confusión. Los últimos eclipses entre Piscis y Virgo, entre agua y tierra, nos han intentado enseñar a enraizarnos en medio del caos. A morir simbólicamente y a dejar ir para crear el espacio necesario para recibir. Esta luna llena en el nakshatra de Ashwini, en Aries, llega con muchísima fuerza ahora para enseñarnos que debemos prestar atención a esa chispa del deseo que ha ido evolucionando dentro de nosotros. Una chispa que puede convertirse en un bonito fuego, hogar, al que podemos atender y cuidar, o puede convertirse, con las prisas, en un incendio incontrolable. 

El 17 de octubre la luna estará en el grado 0.22 de Aries, en un punto clave que llamamos “gandanta”; un nudo kármico que se produce entre los últimos grados de los signos de agua y los primeros grados de los signos de fuego. El sol por su parte, estará en su signo de debilitación en el grado 0.22 de Libra en el momento de la culminación de esta luna llena. 

Ambas luminarias están un poco incómodas. ¿Y qué solemos hacer todos cuando nos enfrentamos a la incomodidad? Solemos querer salir de ese lugar lo más rápido posible. Es un patrón de comportamiento natural, seguramente en su raíz tenga que ver con el instinto de supervivencia. Pero en realidad, es en la incomodidad donde podemos aprender a ser resilientes y a observarnos y conocernos en otros ámbitos. La vida no siempre es fácil. No, no se puede tener todo. No, no podemos controlarlo todo. Pero sí, sí tenemos la libertad de elegir parar, observar, y no tomar decisiones apresuradas sólo porque estemos incómodos. Es justamente en medio de la presión y de la oscuridad que se puede crear un contenedor propicio para un nuevo nacimiento. ¿O acaso un parto es cómodo? Preguntemos a todas las madres si fue algo fácil por lo que transitar. Lo que me han dicho muchas mamás también es algo revelador, que en el momento de sus partos sintieron una conexión tan profunda con la inteligencia de sus propios cuerpos que se abandonaron a ellos y a sus propios ritmos. Qué bello oír que el instinto de la naturaleza primordial aún se desvela en ciertos momentos.

Ashwini nakshatra es esa chispa primordial. Formada por tres estrellas de la constelación de Aries (Alpha Arietis o Hamal, Beta Arietis o Sheratan y Gamma Arietis o Mesarthim) es el lugar que consideramos el principio de la rueda de las mansiones lunares, y al signo de Aries como el principio del Zodiaco. Piscis es el océano primordial. La vuelta al hogar primigenio. A la oscuridad fértil. Lugar donde se produce el compost para nutrir a las nuevas semillas. Es el lugar de la muerte. Aries es la explosión del deseo convertido en materia. Es el momento en el que el brote nace de la semilla. Es el lugar del re-nacimiento. 

Este nakshatra está regido por los gemelos, a veces sobre caballos o con cabeza de caballo, a los que llamamos Ashwini Kumara. ‘Ashwin’ en sánscrito significa “caballo” y ‘kumar’ significa “joven”. Eran hijos de Surya y su mujer Sanjana. Ya aparecen mencionados incontables veces en el Rig Veda, por lo tanto son deidades muy ancestrales pertenecientes al primer panteón védico, y seguramente, vengan de alguna influencia proto-indo-europea. A estos gemelos se les asocia más tarde con el Ayurveda como médicos de los dioses. También se les asocia con la medicina en general, con las hierbas sanadoras, con la dualidad del amanecer y el atardecer, y con la velocidad y nobleza de los caballos y su afán de libertad. El símbolo de Ashwini nakshatra es la cabeza de un caballo. Y el animal de este nakshatra es el caballo macho. ¿Qué podemos aprender de los caballos? ¿Qué asociamos con ellos de manera metafórica y/o simbólica? Personalmente lo que yo intuyo es la necesidad de ser libre. Y la libertad siempre viene acompañada de una gran responsabilidad que comienza primeramente con conocerse a uno mismo. 

El poder de este nakshatra es Shidravyapani Shakti, el poder de conseguir objetivos rápidamente. Pero para poder conseguir algo, primero debemos tener claro qué es lo que realmente queremos. Y con las prisas, muchas veces, no es la voz interior verdadera la que nos guía, sino los patrones inconscientes que nos hacen perseguir deseos que en realidad no son nuestros. Ya sea porque son deseos que surgieron a través de compararnos con otras personas y sus vidas, o con lo que la sociedad dice que es el éxito, ya sea porque son deseos que están arraigados en nosotros por patrones kármicos familiares. Hay una energía en el ambiente que nos empuja a “querer agradar” a todo el mundo, y por eso, ahora más que nunca, hay que hacer un ejercicio de atención para poder escuchar de verdad la voz que nos susurra desde el fondo de nuestra cueva del corazón. Sólo ese deseo original encenderá la chispa primordial de toda creación, y estará en concordancia con esa Iccha Shakti que fue la chispa del nacimiento universal de toda materialidad. 

Mientras tanto en el cielo, algunos planetas tampoco se encuentran del todo cómodos en sus posiciones al igual que la luna en gandanta en Aries y el sol en su debilitación en Libra. Saturno retrógrado en Acuario está mirando a la luna en Aries creando en todos una sensación de pesadez mental, de límite, incluso de una sensación de tristeza muy difícil de explicar. Rahu se encuentra en Piscis, aunque muy cerca de la luna, creando más velo de confusión. Marte sigue en Géminis, fuego y aire, creando más energía volátil y ganas de actuar. Júpiter acaba de empezar su retrogradación en Tauro, y su influencia nos va a invitar a parar en medio de tanta velocidad. Venus está en las aguas de Escorpio, donde nuestras sombras salen a la luz para poder ser integradas. Ketu en Virgo sigue creando esa influencia de cortar con aquello que no nos sustenta, no nos nutre, no nos alimenta, en todos los sentidos. Mercurio en Libra puede darnos un empujoncito hacia el discernimiento y la templanza. 

Al mismo tiempo, se dice que durante esta luna llena, la diosa Lakshmi sobrevuela los hogares de sus devotos para traerles belleza y abundancia. Para recordarnos que incluso en medio de todo lo que parece ser caótico e incómodo, podemos encontrar la belleza de la pausa, la belleza del disfrute, la belleza de la gracia divina. También se dice que esta noche de luna llena es en la cual se produce el baile en el bosque de Krishna y Radha y las gopis, la noche del Rasa Lila, del gran éxtasis divino. 

El simbolismo de esta luna llena es profundo. El mundo siempre va a ser dual. La realidad material bebe de la fuente de la unidad para manifestarse en dualidad. Es en el éxtasis de re-encontrarnos a nosotros mismos, y recordarnos como seres completos que lo engloban todo, incluídas las sombras, donde podemos vislumbrar un poco el sentimiento de no-dualidad. El camino hacia el interior es largo y profundo, no debemos ir con tanta prisa, debemos ir un poco más lento para poder observar y disfrutar de cada paso. Al final, llegaremos a los campos universales donde podremos correr libres como caballos salvajes cuyo dueño es simplemente el deseo original; la ciclicidad natural de la chispa primordial.

Podéis ver mi vídeo en YouTube para saber un poquito más sobre esta luna llena en Ashwini nakshatra. 

Muchas gracias por estar aquí y ¡feliz renacimiento!

Danah


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