El brillo de la capacidad creativa; luna llena en Chitra, Virgo, 13 de abril de 2025

Alnur por Aigana Gali: https://aiganagali.com/

En la madrugada del sábado al domingo, la noche nos dará la bienvenida con una potente luna llena en Virgo, más concretamente en la nakṣatra de Citrā (pronunciado “Chitra”). La estrella principal donde se encontrará la luna es Spica, una de las estrellas más brillantes del océano celestial, mientras que el sol estará irradiando su luz desde las aguas del océano profundo de Piscis. 

La palabra “citrā” puede traducirse como “hacedor de capas”, y el símbolo de Citrā nakṣatra es una joya. Como tal, un diamante por ejemplo, es una joya que ha sido primero refinada por la presión de la tierra, antes de que las manos del ser humano puedan darle forma al pulirlo, traer a la superficie su capacidad innata de reflejar y refractar la luz. Por eso, a esta nakṣatra se la conoce como “la brillante”, o como “la estrella de la oportunidad”.

La deidad que rige Citrā es Tvaṣṭṛ (pronunciado “Tvashtar”). Tvaṣṭṛ representa el poder abstracto de la capacidad creativa. Representa las ideas de prosperidad, poder regenerativo y longevidad, aquello que dura en el tiempo. De esa energía primordial abstracta, nace la forma concreta que en los mitos podemos ver personificada como el arquitecto de los devas, Viśvakarmā, o como el arquitecto de los asuras, Mayāsura. Ambos son capaces de idear algo y darle forma. La forma es un intento de expresar la sustancia, igual que las palabras expresan ideas y el cuerpo es una expresión del alma/espíritu. La forma que surge lo hace a través de una elección. Todos tenemos de manera innata esa capacidad creativa. Viśvakarmā le dio forma a la sustancia creando armas y palacios para los devas, y Mayāsura, que vivía en el inframundo (Pātāla Loka), decidió construir y crear para los asuras.

Pero los mitos y las historias, al igual que la vida misma, no son blanco y negro. Un día, Mayāsura se encontraba en Khāṇḍava Vana (el bosque Khandava) cuando Arjuna y Kṛṣṇa (pronunciado “Krishna”) lo quemaron para ofrecérselo a Agni, el dios del fuego primordial. En ese momento en el que Kṛṣṇa apuntó su disco (sudarśan cakra) para eliminarlo, buscó refugió en Arjuna, que le salvó la vida. A cambio, Mayāsura construyó para los Pāṇḍava un palacio maravilloso en Indraprastha llamado Mayasabha, que pasaría a conocerse como la imagen de poder y prosperidad de Yudhiṣṭhira y sus aliados. 

Lo que hacemos con nuestra capacidad creativa es nuestra decisión. Tenemos libertad para darle forma al mundo de las ideas y materializarla de la manera que deseemos. Al igual que en las tradiciones del Tantra no dual, lo que se conoce como “maya” no es una ilusión, sino la capacidad de Śakti (pronunciado “Shakti”) de darle forma y actuar (kriyā śakti), al deseo primordial (icchā śakti) a través del conocimiento primordial (jñāna śakti). Māyāśakti no es irreal, es la magia que a través de su gracia divina vela y desvela la realidad material. Es la capacidad de crear los velos que limitan el tiempo y el espacio infinitos, para que lo trascendente pueda manifestarse en lo inmanente, para que la Unidad pueda experimentarse como la multiplicidad. Sin esta magia, no podríamos percibir o experimentar quiénes somos o el mundo que nos rodea. Sólo podemos acceder al espacio de la no dualidad a través de la dualidad. Y vuelvo a lo que se dice siempre, que Śakti es es el rostro de Śiva (pronunciado “Shiva”). 

Pero la historia de Mayāsura, los Pāṇḍava y el palacio Mayasabha no se queda allí. Las historias son eternas, somos nosotros que al percibirlas desde un punto finito les damos un comienzo y un final acorde a nuestra perspectiva presente. Cuando Duryodhana, el príncipe Kaurava visitó el palacio de los Pāṇḍava, se resbaló en el suelo tan brillante que tenía que no se diferenciaba del agua del lago central y cayó en ella. Esta humillación fue uno de los detonantes que acabó llevando la historia hacia la famosa batalla de Kurukshetra, donde los Pāṇḍava y los Kaurava (que eran todos familia)  lucharían y que está narrada en la Bhagavad Gitā dentro del Mahābhārata

Nuestra libertad de crear una forma de la sustancia acaba una vez esa forma nace al mundo. Una vez la idea es materializada, como un hijo de nuestra capacidad creativa, éste tiene su propia historia, su propio ritmo, su propio mito, su propio camino. Una vez hemos creado algo, debemos dejarlo libre. Ya no está en nuestras manos cómo el mundo va a percibirlo o interpretarlo, cómo el mundo va a usarlo. Por eso, en esta realidad dual en la que nos encontramos sumidos, todo lo que ha sido creado puede ser usado para “el bien” o para “el mal”. Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor para encontrar esta gran verdad universal. ¿Cuántas maravillas ha creado el ser humano que luego han sido usadas en nuestra contra? ¿Cuántas más quedan por ver la luz? 

Pero la Bhagavad Gitā, de nuevo, nos da una solución; no apegarnos al fruto de nuestras acciones, porque es en ese apego donde encontramos el sufrimiento. Si los dejamos ir, igual que una madre y un padre deben aprender a dejar a sus hijos volar del nido y cometer sus propios errores y vivir sus propias vidas, y lo hacemos desde la consciencia de saber que no tenemos ese control ni esa libertad, entonces, y sólo entonces, seremos libres realmente del sufrimiento del apego constante a que la realidad debe cumplir nuestras expectativas. Porque no es así. Y cuánto antes admitamos dónde y cuándo sí tenemos libertad, antes podremos vivir en paz con saber que hemos hecho siempre todo lo posible para darle forma a nuestra sustancia, darle forma al camino de nuestra alma/esencia, de nuestro deseo personal en integridad con el deseo universal y primordial.

Este lugar del cielo donde se encuentra la luna está regido por Marte. Marte el guerrero que se encuentra ahora en las aguas de la Gran Madre en Cáncer. Si aprendemos a equilibrar a ese Marte y su motivación, podemos redirigir su acción hacia crear algo a este mundo material desde la conexión con el amor incondicional. Lo traemos al mundo porque no podemos hacer otra cosa. Como los artistas que crean sus maravillosas obras de arte, materializan su deseo innato de expresar ese amor infinito a la vida, a su capacidad innata creativa. Es allí donde encontramos la chispa que puede encender el gran fuego de nuestra existencia.

Podemos vivir en ese estado de inspiración. De saber que de las aguas de las ideas pueden surgir los diamantes terrenales. De Piscis a Virgo. Agua a tierra. Ideas a materia. Sustancia a forma. Esta luna llena nos habla desde este eje, ¿qué lecciones esconde para cada uno de nosotros?

Para saber un poco más sobre esta luna llena desde la mirada simbólica, mitológica y astrológica, sobre los demás planetas en el cielo, sobre Hanumān y sobre el mito de Mayāsura, podéis ver mi vídeo completo en YouTube.

Os deseo una muy feliz luna llena y que ojalá el brillo de la capacidad creativa innata que tenemos todos nos haga traer al mundo mucha belleza, muy necesaria en estos tiempos.

Gracias siempre por leerme y acompañarme.

Jai Ma!

Danah


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