Luz

.

A veces me encantaría ser como un girasol, toda la vida mirando hacia la luz.

.

Pero hay algo mágico y transformador en aceptar nuestra oscuridad, en sumergirnos en el inconsciente más profundo donde los símbolos y arquetipos inmortales viven.

.

Es en esa oscuridad donde comenzamos a apreciar la luz propia, sin necesidad de una luz externa. Y así podemos convivir en paz en la luz, la oscuridad y en las sombras, entre ambos, siempre en equilibrio. Lo interno y lo externo. Lo efímero y lo inmortal. Lo humano y lo divino.

.

Todo es sagrado. Cada respiración. Cada instante.