Una respiración más

En el proceso de ser, me pregunto, qué debo hacer?
.
Y allí está la trampa… Hacer, hacer, hacer.
.
Cuando me encuentro frente a frente con el vacío de no saber cómo avanzar, ni cómo estar quieta, volver a mi respiración es lo que me salva.
.
Esos breves instantes en los cuales me concentro en inhalar y exhalar, crean un abismo de silencio interior, que no me da miedo. Me propone un espacio en el que crear desde el centro de mí misma.
.
Y respiro… Y dejo ir de la idea de tener que estar haciendo algo todo el tiempo para sentirme digna de esta existencia.
.
La vida es así, con sus ciclos. Unas veces sabemos qué queremos, y cómo conseguirlo. Otras veces, debemos nadar en lo desconocido. Ser valientes y aguantar en la oscuridad, que al fin y al cabo es la misma que nutre la
semilla bajo tierra.

.

Ser. Nada más por una inhalación. Nada más por otra exhalación. Y al abrir los ojos, en un ‘ahora’ de algún tiempo, puede que tengamos la respuesta que buscábamos, o puede que no necesitemos buscar más.
.
Ser. Una respiración más.