
Ayer fue la celebración del Día Internacional del Yoga, y mi amiga y gran periodista Ana Serrano de la revista Glamour me entrevistó para saber un poco mi opinión sobre este tema. Muchas gracias por haberme dado espacio para expresarme. Podéis leer el artículo de Glamour pinchando AQUÍ.
A continuación podéis leer la entrevista completa que me hizo Ana.
Gracias por estar aquí.
¿Qué significa el yoga para ti, por qué lo practicas? ¿Qué te llevó a empezar a practicarlo?
Yoga para mí tiene varios significados dependiendo del contexto en el que se me pida una explicación. Puede ser una filosofía en la que basar el estudio de uno mismo, puede ser un método para integrar, conocer y explorar, diferentes estados mentales, al igual que puede significar un estado del Ser. Sobre todo, su trasfondo tiene que ver con el conocimiento de la verdad de uno mismo, eliminando la ignorancia de creer ser sólo lo que percibimos a través de los sentidos, para comprender experiencialmente que somos mucho más de lo que podemos pensar o explicar racionalmente. Hoy en día, como muchos habremos notado, el significado de Yoga en la sociedad moderna occidental se adscribe sobre todo a una práctica, y más bien, a una práctica física, centrada en el cuerpo. En estos momentos, es como si hubiéramos sacado de contexto una de las herramientas que se enumeraban como parte de ese camino hacia el Ser, y le hubiéramos dado protagonismo sólo a la faceta física. Al hacer esto, en realidad estamos yendo a contracorriente de lo que Yoga quiere expresar, porque al ir sólo hacia un extremo, de nuevo, se pierde el equilibrio integral.
Para mí personalmente, el Yoga representa el camino del individuo presente en el tiempo-espacio hacia el Ser eterno que habita, y es, en sí mismo. La comprensión de esto, para mí, es Yoga. La única razón por la que “practico” es para recordar una y otra vez que en realidad no hay que practicar nada, no hay ningún lugar al que ir, ni siquiera hay respuestas que buscar a las preguntas que tanto anhelamos conocer. Conocerse a uno mismo es en sí, para mí, Yoga, el camino, la herramienta y el fin último. Yoga también es ser íntegros con nosotros mismos y el mundo que nos rodea, Yoga es acción, pero acción no es reacción. Justamente para mí Yoga significa tener esa libertad de saber la diferencia, discernir profundamente la realidad.
Lo que me llevó al Yoga fue la eterna pregunta, ‘¿Quién soy?’. De allí tiré del hilo comenzando a
estudiar textos y filosofías. Sólo con el tiempo le fui dando importancia al cuerpo, después de haber nutrido mi mente de conocimiento intelectual y claridad meditativa. Con los años, me di cuenta de que no todo el mundo entra a conocerse a través de la mente, y que nuestro cuerpo es la puerta de entrada más directa a sentir quiénes somos. A través de la respiración podemos intuir las energías que nos mueven, y mueven el universo. Así que poco a poco, con el tiempo, la madurez que da mirar al pasado, y la práctica diaria de ser consciente de mí misma, mi realidad, mis limitaciones y mis potenciales, he ido aunando cuerpo-mente-corazón en una realidad holística que vivo y respiro en mi día a día, no sólo en la esterilla.
¿Cuáles suelen ser los objetivos de tus alumnas cuando realizan su práctica contigo?
La mayoría de las personas que se acercan a mí suelen buscar sentirse en paz en sí mismas y
consigo mismas. Ya sea porque tienen una dolencia física que les impide vivir el día a día sin dolor, o porque tienen dudas profundas del alma que no suelen contestarse (¡ni preguntarse!) en los
contextos más habituales de su vida y sus relaciones.
Si hablamos de objetivos más físicos y fisiológicos, en los últimos años muchas personas se han acercado al Yoga como respuesta a su ansiedad, depresión, u otras enfermedades o estados mentales que alteran su percepción de la vida y la realidad.
En el fondo, muchas personas que se acercan a una práctica física, lo hacen por un sufrimiento
espiritual. El cuerpo como entrada a la herida del alma es una gran herramienta para integrar todas las partes de uno mismo. Trabajamos la capa más externa de nuestro ser a través de prácticas que nutren y sostienen nuestro cuerpo, y así, poder observar con más claridad nuestra mente y psique.
¿Notáis que últimamente la gente se exige demasiado con yoga? Y esto enlaza con la siguiente pregunta…
En las redes sociales es habitual que profesoras de yoga, alumnas o simplemente personajes que son influencers y que no parece que tengan una especial relación con el yoga realizan asanas poco menos que imposibles. Es más, últimamente algunas incluso dan las tips para poder realizar la asana solo para la foto. ¿Podríamos estar hablando de una práctica de riesgo?
Esto es una consecuencia directa de a lo que me refería antes sobre extrapolar sólo un trocito de una vasta filosofía para cubrir las necesidades capitalistas y superficiales de una sociedad que se ahoga en sus propias dudas, en su propia creencia de que nuestro poder radica solamente en lo externo, en lo físico, en lo que podemos conseguir y explicar racionalmente, con lógica, con empirismo radical. Una sociedad que pone la productividad en el pedestal más alto debe estar sin duda destinada al fracaso. Las filosofías ancestrales siempre han tenido muy claro que nada puede crecer eternamente, porque todo es cíclico. Por tanto, si este es el contexto en que las personas se acercan al Yoga es natural ver que la tendencia sea hacia la consecución más “avanzada” de una postura de Yoga. Cuánto más extremo es todo, parece ser, más al alza puede ser valorado. En mi opinión, si tu cuerpo es capaz de ponerse en todas esas posturas, adelante, pero si no puede, me preguntaría muy en serio, “¿por qué quiero realizar esa postura?”. Es probable que no muchas personas se planteen hacerse esta pregunta, y es por eso, que me parece peligroso intentar aprender a hacerlas a través de las redes sociales.
No quiero ni me gustaría culpar a nadie de este problema, porque creo que todos en alguna medida hemos formado parte del auge de esta manera de entender el Yoga, pero sí me gustaría recordar una y mil veces que llegar al extremo de cualquier cosa, (postura, pensamiento, sentimiento, o acción) siempre nos aleja del centro de uno mismo.
¿Es el objetivo final del yoga realizar asanas complejísimas y súper fotografiables?
No, en absoluto. ¿Hacer posturas complejas puede formar parte de la práctica de Yoga? Sí, pero el objetivo de hacer la postura en primer lugar es, de nuevo, observarse a uno mismo, en este caso, en una posición incómoda o no natural, para conocerse mejor. Conocer los patrones musculares, de respiración, físicos, fisiológicos, emocionales, intelectuales de uno mismo es parte del camino y de la práctica. Si no observamos todo esto mientras estamos en una postura, y estamos pensando en “¿qué voy a cenar luego?” entonces el objetivo cambia, cambia a ejercicio físico para estar sano a lo
mejor, que no tiene nada de malo. Depende de cómo miremos lo que hacemos y la intención que pongamos, cambia el objetivo y cambia el resultado
¿Son estas asanas las más beneficiosas? Por ejemplo, el head stand o fantasías ASÍ?
Te diré que en todos mis años de experiencia casi siempre he enseñado, y sigo enseñando las
mismas posturas, y ninguna es tan complicada. Aprender a mover los brazos arriba y abajo
siguiendo la respiración natural de uno mismo es más difícil de lo que se piensa. Aprender a
escucharse, a moverse en sintonía con nuestra energía individual conectada a la energía de todo lo que nos rodea, es una práctica muy sutil. Si ponemos el cuerpo en una posición demasiado compleja, estaremos poniendo al cuerpo en un estrés a lo mejor innecesario, en cambio, si la postura se ajusta a nuestro nivel de consciencia corporal, entonces la mente va a tener un lugar perfecto dónde descansar la atención y explorar los diferentes cuerpos y estados mentales, físicos y energéticos.
¿Se está perdiendo la esencia del yoga con esta vertiente tan contorsionista?
La esencia del Yoga nunca se va a perder, lo que ocurrirá es que menos personas tendrán acceso a su verdadero poder. Habrá que buscar más para encontrar guía a las dudas más existenciales.
Muchas personas se quedarán en la práctica física sin más, que a lo mejor es lo que necesitan, y a lo mejor es lo que les ayuda. O puede que se repita de nuevo el patrón de compararse, no sentirse suficiente, y perseguir una postura compleja para saciar la soledad de no conocerse a uno mismo en su totalidad. Será más difícil encontrar maestros y profesores que buceen a más profundidad, pero siempre estarán, de eso estoy segura. Al igual que estoy segura de que muchos maestros aparecerán en mi camino como lo han hecho hasta ahora los que me han marcado y a quienes agradezco todo lo que sé.
Hay que aprender a mirar de nuevo dentro de uno mismo y allí, en el centro del corazón,
nunca se va a perder la esencia del Yoga.
Muchas gracias por haber leído hasta aquí. Si te gustaría estudiar Yoga (filosofía y práctica) conmigo, o reservar una Consulta Ayurveda o Lectura de Astrología Védica, no dudes en contactarme.
Gracias siempre. Om Shanti,
Danah Blanco