
El último día de marzo nos trae una Luna Azul, la segunda luna llena en un mismo mes del calendario. Este fenómeno es el segundo que ocurre este año, ya que hubo dos lunas llenas en enero, y ahora dos en marzo, y no volverá a ocurrir hasta Octubre 2020. Aunque cada momento de esta existencia sea único y contenga su propia magia, me gusta cuando ocurren cosas fuera de lo común que nos obligan a parar, a redescubrir pausadamente el porqué de todo.
La Luna Llena en Libra el 31 de marzo nos habla de cómo mantener nuestra integridad y calma en medio de un mar de confusión, tanto externo como interno. Todo a nuestro alrededor nos obliga a despertar a la realidad de que la vida nunca es cómo a uno le gustaría, sino que es como es, un gran cúmulo de causas y consecuencias, de continuadas causalidades entrelazadas en una eterna espiral, y que lo único que podemos hacer es aprender a cambiar nuestra perspectiva para navegar las aguas del aprendizaje humano.
El enfoque de la Luna en Libra serán las relaciones que tenemos individual y colectivamente con los temas del equilibrio y la justicia, sobre cómo mantener nuestra esencia única y a la vez formar parte de un todo común, sobre cómo darnos permiso para ser felices cada uno y a la vez caminar juntos por el bien común.
Podemos encontrar métodos que nos sirvan individualmente para sentirnos enraizados cuando los vientos soplan desestabilizándonos desde todos los ángulos. Los planetas nos cuentan una historia sobre la re-evaluación, sobre volver a observar y analizar de manera honesta dónde nos encontramos en nuestras vidas. Mercurio sigue en su retrogradación haciéndonos enfocar nuestros pensamientos hacia el repaso de nuestra vida profesional, o al menos, de aquello que hacemos de manera externa hacia el mundo. ¿Qué estamos dando de nosotros mismos? También nos obliga a mirar hacia adentro, siempre, de dónde sacamos la pasión y la fuerza, esa llama interna que nos guía en nuestras decisiones.
Puede que notemos que nos vienen recuerdos de momentos pasados de nuestras vidas. Recuerdos olvidados, que nuestro subconsciente ha arropado durante todos estos años porque puede que no estuviéramos preparados para enfrentarlos aún. Puede que nos vengan sensaciones de culpa o arrepentimiento, de sentir que con lo que sabemos ahora no hubiéramos actuado o pensado de alguna otra manera que sí hicimos.
Pero he aquí la cuestión; actuamos siempre desde donde nos encontramos en el momento presente. Y ese momento presente está formado por los infinitos “yoes” que hemos sido, por todas las experiencias que hemos vivido, por todas las personas que nos hemos encontrado por el camino, por todas las lágrimas que dejamos caer y por todas las risas y momentos maravillosos que hemos disfrutado.
No podemos volver al pasado para cambiar nada, pero sí podemos observar el pasado desde la perspectiva presente y perdonar si queremos, aprender en todo caso de nuestros errores, y sanar heridas que no habían cicatrizado del todo, o que ni sabíamos que teníamos. Es muy liberador el proceso de observar el por qué actuamos de cierta manera y ver cómo patrones de conducta se han calcificado en nuestros seres porque no queríamos prestarles atención. Una vez encendemos la chispa, la oscuridad comienza a disiparse, y las Sombras comienzan su andadura. Es aquí donde el mayor potencial se encuentra, en la seguridad de que en el equilibrio entre la luz y la oscuridad siempre habrá sombra, y es a través de esta aceptación que la Sombra se convierte en maestra, en amiga, en compañera, en espejo inseparable del reflejo de nuestra alma.
Soltemos aquello que no nos deja encontrar el equilibro, que sólo nos hace ver el mundo en blanco y negro, aquello que nos limita a estar siempre entre las líneas que otra persona u otras circunstancias han pintado. ¿Hasta cuándo vamos a dejar que nuestras vidas sean manipuladas por otros? A veces somos manipulados y ni lo sabemos. A veces, nuestras memorias, recuerdos, patrones, creencias limitantes nos manipulan a nosotros mismos. El mayor enemigo de cada uno de nosotros es una mente que nada en la ignorancia, que no quiere ver, que se esconde de nuestra verdad…
La ignorancia. Para mí el mayor mal es no ver con claridad. Si no vemos las cosas cómo son nos dejamos llevar por cómo creemos que son, y nuestra mente y nuestro ego saben muy bien cómo mantenernos entretenidos para no “morir” y cesar su identidad. No estamos aquí para eliminar nada de nosotros mismos. El Ego es necesario para funcionar en el mundo, y es útil si somos Nosotros los que lo manejamos. Estamos aquí para ver, observar y aprender, y al fin y al cabo, para vivir nuestra propia vida tomando las decisiones desde nosotros mismos. ¿Dónde está tu poder? ¿En manos de quién?
Comencemos tomando consciencia de porqué hacemos las cosas cómo las hacemos, y a través de observar esto encontraremos que muchas veces actuamos con el piloto automático encendido. Una vez nos pillemos en el acto, sabemos que podemos hacerlo, y cada vez será más sencillo eliminar la automaticidad para convertir cada acto, pensamiento, y reacción en un acto consciente y en concordancia con nuestro Ser.
Nadie va a venir a salvarnos. Pero nosotros mismos tenemos el poder suficiente para cambiar la manera en la que vemos el mundo, nuestro pasado, nuestras experiencias, nuestras circunstancias, y por tanto tenemos el poder para cambiar nuestro futuro desde la aceptación de los actos y pensamientos presentes. Qué maravilloso tener este poder, cada uno de nosotros. En todos y cada uno existe la chispa suficiente para despertar las sombras y aceptarlas. Eres más fuerte de lo que crees. Eres la suma de todo lo que fuiste. Puedes ser quien quieras ser simplemente eligiendo.
Feliz Luna Llena en Libra, y os deseo de corazón que encontréis la manera de ser felices en el momento y lugar en el que os encontréis, y si os sentís perdidos y desesperados, recordad que no estamos solos, y que al tener el valor de pedir ayuda, la vida os la brindará sin dudarlo. Si me necesitáis, ya sabéis dónde encontrarme. Feliz Luna Azul!