A veces

A veces hace falta que la vida se detenga si nosotros no sabemos parar… respirar, observar, dejarnos sentir en plenitud el latir de la naturaleza salvaje del cambio.

Porque en un instante una flor nace, y un momento después otra se marchita.

El agradecimiento de la presencia, prestar atención… y es así como la ilusión se desvela y sólo queda lo esencial, la verdad de la eterna espiral del cambio.