“Cada uno de estos desesperantes momentos me trasladaban a la situación de un peregrino que hubiera errado su camino, un peregrino que hubiese caminado hasta el fin del mundo y que una vez allí no encontrara otra salida que la de renunciar a su ideal y precipitarse en el vacío, en la muerte.”
Hermann Hesse, Viaje a Oriente.
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Algo increíble ocurre cuando nada está ocurriendo, y es que todo existe en un istante.
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Tenemos esa necesidad de capturar el momento, y querer controlarlo. Recordarlo es parte de esa forma de control. Pasar ese instante de eterno presente por el tamiz de la memoria, en vez de dejarlo volver al océano originario.
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El apego que nos dictamos nosotros mismos del libro de nuestras experiencias. Seguimos los patrones al pie de nuestra propia letra… propia? Quién es aquel que controla la pluma sobre el papel? Si no nos preguntamos y cuestionamos todo, quiénes somos? La suma total de nuestras acciones automáticas? Pensamientos? Emociones? Quiénes? Qué?
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Me pregunto muchas veces si es posible ser, sin observar que se es. O justamente si es lo contrario. No tengo respuestas, sólo infinidad de preguntas. Y si me lo permitís, infinidad de reflexiones que iré compartiendo. Para mí, reflexiones de vida o muerte porque son parte de la suma total de lo que creo ser.
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Gracias por estar aquí.